El alegato que nos hemos dado como tarea en editarlo, es la
intervención que hizo Yawar Copana Mamani, en el Foro Debate: Jóvenes y
Proyectos de Poder del Indianismo y Katarismo, que se realizó a finales del año
pasado en el auditorio de la carrera de Sociología de la UPEA. La importancia
de este expositor, es que causa sentimiento de lucha en las bases sociales, su
lenguaje está dirigido hacia las organizaciones sociales y no tanto así al
mundo académico, que en nuestra concepción deberá ser entendido, en ese
escenario ha sido considerado como la renovación del discurso Tupakatarista de
Felipe Quispe Huanca, El Mallku. Su importancia reside, en que muestra como
horizonte histórico de estado, el renacimiento de lo que él llama: el II
TAWANTINSUYU.
Agradecer a los
hermanos de Sociología, por haber organizado tan bonito encuentro, para poder
conversar entre las nuevas generaciones de indianistas y de kataristas.
Y ciertamente,
quien habla proviene de los antiguos territorios de los aymaras, mas
propiamente de Achacachi; justamente allá por los años 2000, éramos pues
chicos, es decir pequeños, aproximadamente con nuestros 12 o 13 años, y hemos
correteado también en las movilizaciones que hacían nuestros padres, nuestros
dirigentes. En esa época hemos visto también, la emergencia y el empoderamiento
de un aymara muy valeroso que tenemos presente el día de hoy: que es Felipe
Quispe Huanca (démosle un fuerte aplauso mis hermanos).
Saben mis
hermanos, al parecer a Achacachi, a Warisata, también a otras territorios como
el El Alto; nos han tocado vivir momentos muy difíciles; en realidad hemos
visto el comportamiento y actitudes del estado colonial boliviano; y mira que,
quizá esto ha motivado también, que el día de hoy nosotros podamos estar aquí
presentes, hablando sobre Indianismo, hablando sobre Katarismo, y por ende de
nuestro proyecto político; para decir también que pensamos de esta Bolivia y
que pensamos también hacer con ella.
Miren mis
hermanos, cuando uno se acerca al Indianismo y trata de comprenderlo, dice ¿Qué
es el Indianismo?, y de seguro es la pregunta de muchos, ¿Por qué ese
Indianismo el día de hoy debemos de seguirlo hablando?, o ¿Por qué uno se
convierte en Indianista, si aún no lo es? En este sentido mis hermanos, yo lo
había comprendido al Indianismo: como un discurso y un proyecto político de los
indios; pero cuando alguien me dice, que el Indianismo ha surgido recién a
partir de la segunda mitad del siglo XX, bueno pues, me está presentando al
Indianismo como si fuera tan solo de hace 50 o 60 años atrás, un Indianismo muy joven, un Indianismo más
joven que el propio colonialismo.
Pero veamos mis
hermanos, yo sé que muchos hermanos y hermanas, cuando tienen esa sed de
convertirse al Indianismo, empiezan por revisar a ciertos autores, ciertamente inician
por Fausto Reinaga, Ayar Quispe o Felipe Quispe, y se llega pues hasta los
mayores, a Virgilio Roel Pineda, Guillermo Bonfil Batalla, Guillermo Carnero
Hoke; y recién se empieza a comprender la totalidad de ese Indianismo, un
Indianismo superior a ese Katarismo del que habla Fernando Untoja.
Saben mis
hermanos, cuando uno comienza a revisar a Carnero Hoke, quien habla de la
llegada del II TAWANTINSUYU, no de un Tawantinsuyu de hace 500 años atrás, sino
en términos de un horizonte histórico de estado para el tiempo actual, y
ciertamente esta afirmación en nosotros se convierte en una posibilidad. Pero
como podemos llegar a hacer renacer ese Segundo Tawantinsuyu del que también
Pachakuti Acarapi, afirma su retorno al parecer hasta el año 2032, quien sabe,
quizá hay que apresurar este recorrido más antes, para el 2025, dando fin a
este estado colonial en su bicentenario, así de una vez continuamos nuestra
historia como un rejuvenecido Tawantinsuyu.
Entonces miren
¿Cómo se llega a tomar esa decisión?, para ello, como yo concebí al Indianismo
en su esencia; y de ahí que yo no quisiera hablar de un Indianismo de cátedra
para universitarios, mas al contrario quisiera dialogar mediante un Indianismo
de Pueblo, un Indianismo de multitudes de
nuestra gente. En ese sentido mis hermanos, ¿Cómo ahora uno se asume
indianista?, para ello Guillermo Carnero Hoke nos va a clarificar, él dice, que
todo hombre, todo revolucionario, que toda organización política, que todo
movimiento historizante indio, debe pasar revista necesariamente por la
construcción de tres conciencias, entonces si pasaste por la revisión de estas
tres conciencias: UNO ES INDIANISTA; y por ende hará la revolución y el Segundo
Tawantinsuyu quedara más cerca de lo esperado.
Pero ¿Cuáles son
estas tres conciencias en las que debemos forjarnos como jóvenes el día de hoy?
En primer lugar debemos enorgullecernos de ser jóvenes, puesto que Tupak Katari
siendo joven hizo la Guerra Comunitaria de Ayllus de 1781, Fidel Castro fue en
su juventud que hizo la revolución cubana, Daniel Ortega o en su caso Omar
Cabezas siendo jóvenes inspiraron la revolución en Nicaragua; y porque nosotros
sus jóvenes no vamos a poder hacer nuestra revolución en este Qullasuyu,
también se puede.
Entonces mis
hermanos, ¿Cuál la utilidad de la construcción de estas tres conciencias? He
aquí la explicación; lo primero que debemos de comprender o construir, es sin
duda “nuestra conciencia histórica”, es decir, si tan solo construimos nuestra
propia conciencia histórica como pueblo, nación, raza, cultura, religión,
política y economía; vamos a poder entender ¿por qué?, el Estado Plurinacional
no es la respuesta a la aspiración de nuestros pueblos indios; solamente la
historia nos puede explicar porque debemos seguir imaginando otro estado acorde
a nosotros. Entonces cuando uno revisa la conciencia histórica, recorre al
pasado, empezando del año 2000 como la culminación de los años 70, que sería el
nacimiento de los movimientos políticos indianistas; reflexiona también en
torno al nacionalismo revolucionario de 1952 y sus consecuencias posteriores, y
más atrás los sucesos de llamada guerra federal o “guerra de razas” de 1899,
donde sin dudar ha sido el segundo gran momento de los indios en esta república
colonial; de esta forma inclusive se llega a cuestionar el mismísimo 1825 como
la modernización de la colonia europea en estas tierras. Pero el verdadero
sentido de todo este recorrido es pues llegar a 1532 más propiamente, solo
entonces nos descubriremos con una realidad totalmente diferente al presente en
que vivimos; donde nuestros padres han sido convertidos en q’ipiris y
albañiles; es decir, en obreros, campesinos, fabriles; donde coexisten sistemas
educativos de dos clases: uno para ricos y otro para pobres y/o indios.
Entonces quien nos va a dar razones de toda esta realidad, es pues la historia;
puesto que nos encontramos en 1532 con otro mundo, en donde no somos la
servidumbre, mas al contrario somos Estado, el estado del Primer Tawantinsuyu
concretamente.
Entonces lo que va
ocurrir en esta data es la desestructuración de nuestra sociedad ancestral,
porque recién a partir de esta fecha nos convertiremos en lo que somos el dia
de hoy; para esto quiero citar las palabras de Felipe Quispe, quien casi
siempre afirma, que a partir de 1532 se ha empezado a edificar una pirámide
social/racial, esta clasificación no se basó inicialmente en base a las
capacidades productivas de los individuos, sino una pirámide social basado en
lo racial y étnico, de ahí que en mi intervención me voy a referir más en
términos de raza, y espero hermanos que no me consideren de racista.
Entonces quien
estructura esta pirámide social y racial es pues el dominante, quien es el
vencedor, el conquistador; por lo tanto es el director de este sistema colonial
en lo político, económico y cultural; de esta forma llega a ocupar las
audiencias y las capitanías, es decir es el nuevo amo y señor en nuestras
tierras.
Entonces nuestro
primer vínculo es el enfrentamiento en combate, en donde ellos son los
vencedores y nosotros fuimos el pueblo vencido; esto dio lugar a la
desestructuración de nuestra Sociedad Comunitarista, para después estructurar
la Sociedad Colonial que perdura hasta nuestros días. Por lo tanto los europeos
se ponen al mando en la escala jerárquica, es decir están a la cabeza de esta
nueva empresa colonial; los siguientes en la escala serán los criollos y los
mestizos, que en parte son europeos pero con menos derechos que los primeros,
por haber nacido en tierra de indios, es decir lejos de Europa; finalmente en esta
estratificación social, estaremos nosotros como los dominados, destinados a los
peores trabajos forzosos; inclusive me animo a decir, que nosotros no somos lo
peor de este aparato excluyente, puesto que los negros, los zambos y mulatos,
no caben tan siquiera en este edificio, eran considerados simplemente como
mercancías, porque a ellos los rifaban en las plazas, esa es la verdadera
naturaleza humana del hombre blanco.
Entonces es desde
aquel entonces que esta pirámide social/racial está vigente, lo cual en
diferentes momentos vamos a impugnar para su destrucción; si recordamos un
primer momento, es en 1781 que con Tupak Katari y Tupak Amaru, se da el primer
intento de desestructuración de este modelo opresor, es decir ponerlo cabeza
abajo. La experiencia del Perú es un poco diferente, ya que Tupak Amaru hace
negociaciones con los criollos y mestizos; a diferencia Katari es más radical,
porque plantea que tanto mestizos y criollos, deben ser descabezados junto al
europeo; pero antes da la posibilidad de conversar con los mestizos que apoyan
nuestra causa, aunque en los hechos es difícil lograr esta cuestión; porque en
los hechos se ha demostrado, que casi siempre dentro de nuestros movimientos
indios han existido los traidores, así como el día de hoy en evidencia existe
la conducta traidora de los Kataristas en la historia nacional; que en cierta
medida aman al opresor y quedan enamorados de la sociedad europeizante.
Entonces mis hermanos, son estas algunas de las falencias por las que fracaso
nuestros movimientos indios.
Ahora pasando a
otro episodio, quiero también de construir aquel 1825, saben, cuando yo estuve
en la escuela reconocía a un Simón Bolívar y A. J. de Sucre como nuestros
libertadores, ahorra que revise la historia y lo comprendo mejor “yo ya no me
reconozco como boliviano”, porque ellos habían creado una patria para pocos
privilegiados, es decir para la casta dominante; la condición del indio no
vario en tanto, puesto que solo se había modernizado las nuevas formas de
dominación colonial y de sometimiento; y es así que los indios hasta 1952
seguiremos viviendo en las haciendas bajo el yugo de los patrones, en
condiciones semifeudales.
De todo esto, no
queremos decir que los indios hemos renunciado al papel de ser abanderados de
nuestra lucha, a renacer en nuestro propio estado, no hemos dejado a un lado
nuestros propios proyectos políticos, no lo han enterrado bajo tierra como
quisieran algunos blancos; nuestros proyectos constitutivos casi siempre han
estado vigentes en todas nuestras movilizaciones; ¿acaso eso no sucedió en los
levantamientos de Zarate Willka?, pues revisemos la historia, cuando en 1899 el
hombre blanco liberal pretendió utilizar a los indios para derrotar a sus
oponentes conservadores, no nos creímos este cuento, no somos tan cojudos como
ellos piensan, es decir tan ingenuos pues; sino que es en ese momento donde
surgen nuestros propios discurso beligerantes, nuestro proyecto político de
poder; de ahí que Ramiro Condarco en su libro sobre este hecho, nos dirá, que
inclusive ha existido nuestro primer intento de autogobierno indio; acaso no
sabemos la historia de Juan Lero, quien ha sido proclamado como el Primer
Presidente Indio.
En este examen del
pasado, vayámonos a 1952, donde nos han hecho creer que esa revolución era beneficioso
para los indios, si bien nos dieron el derecho al voto, no nos dieron el
derechos a ser electos, menos a gobernarnos; aunque el poder se había
conquistado por obra de los indios obreros, indios fabriles e indios
campesinos; pero cuando nos dimos cuenta de lo contrario, en 1952 los indios no
quedaron conformes; por eso poco después en 1956 en la localidad de Waychu, los
indios han estado creando su propia República Aymara con el Presidente Lawreano
Machaca, que sería para nosotros algo así, como nuestro Segundo Presidente
Indio en la etapa colonial republicana.
A partir de todo
esto, ¿Qué podemos deducir?, que nuestros propios proyectos políticos de poder,
han ido a la par de nuestros levantamientos, es que los indios nunca nos hemos
bolivianizado, son ellos que nos han definido como bolivianos, como campesinos,
así como el día de hoy nos siguen definiendo como pueblos y naciones indígenas.
Entonces mis
hermanos y mis hermanas, si bien el indianismo a partir de los años 70 se
visibiliza claramente como movimiento político en la escena nacional, es
porque, ahí tiene la virtud Fausto Reinaga, el de sistematizar en la Revolución
India y el Manifiesto del Partido Indio de Bolivia todas esas luchas del
pasado, desde Manco Inka hasta Lawreano Machaca, lo recoge todo este andar de
nuestro pueblo y lo confluye en un discurso que se debe convertir en nuestro
proyecto político actual de los mal llamados indios.
Entonces viéndolo
al Indianismo desde esta perspectiva, ya no es lejano a nosotros, el Indianismo
es únicamente la construcción de nuestra historia, y que el día de hoy en justicia
reclama continuadamente a poseer su propio estado aymaraqueswa.
Entonces miren mis
hermanos, cuando uno recorre todo ese pasado histórico, se apropia de lo mejor
de ello, da lugar al nacimiento de una ideología propia, y al hacerlo se
convierte automáticamente en INDIANISTA; es a esta etapa que Carnero Hoke lo
llama el nacimiento de la conciencia ideológica. Por lo tanto este nuevo indio,
que ya repaso su conciencia histórica, ya se dota de una conciencia ideológica
bien estructurada que es el INDIANISMO, ¿Cuál el paso siguiente?, el tercer
momento, el de encaminarse en la construcción de la conciencia revolucionaria,
¿pero qué quiere decir todo ello?, he ahí la contestación, que ese Indianismo
teorizado se vuelva praxis revolucionaria; en mi concepción, un Indianismo que
se queda tan solo como discurso y motivo de debate en las universidades nos
sirve de poco, necesariamente debemos llevarlo de la teoría a la práctica
concreta. Cuánta razón tenía Ayar Quispe al respecto, cuando dice, existen
muchos sujetos que se consideran indianistas por tan solo leer la Revolución
India de Fausto Reinaga, pero no lo entienden con propiedad, para este
Tuapakatarista ser Indianista, era pues hacer la guerra comunitaria de ayllus,
y pienso que sí, el poder se conquista en combate abierto contra el sistema
colonial imperante, esa estructuración del que hemos hablado largamente no se
ha impuesto pacíficamente en estas tierras, la colonia se impone en estas
tierras en y con violencia, en esta misma medida, la descolonización no puede
ser entendida, si es que no se plantea en el mismo orden, como afirma este
excolononizado: Franz Fanón, el inspirador de la revolución negra en Argelia.
Ahora en este
dialogo, nos encontramos sentados tanto indianistas como kataristas, siendo
nosotros mismos, pero tan diferentes en cuanto a nuestros planteamientos, y
surge la preocupación, así como Ayar Quispe se preocupó en su último libro
antes de que lo mataran, sobre las nuevas generaciones jóvenes de indianistas y
de kataristas, que se adjudican el haber unido a ese Indianismo guerrero con
ese Katarismo amarillo como si fuera una unidad, cosa que no sucedía en los
años 70, si uno revisa los escritos de los viejos indianistas, nos
encontraremos con una disputa constante entre Indianistas y Kataristas, un
Fernando Untoja, un Víctor Hugo Cárdenas, son irreconciliables con un
Constantino Lima o con un Felipe Quispe, no se pudieron unir nunca; pero ahí el
cuestionamiento, ¿Qué hacen el día de hoy las nuevas generaciones de
Indianistas y Kataristas?, hacerlos ver como si fueran una unidad ideológica, a
esto lo llaman la superación del Indianismo, más aun sobre esta paradoja, Pedro
Portugal Mollinedo y Carlos Macusaya Cruz, en el titulo de su último libro lo
adjetivan al Indianismo como “EL INDIANISMO KATARISTA”, de esta forma lo hacen
ver al Indianismo como si fuera katarista, es decir ocurre una especie de
katarizacion del indianismo, son errores ciertamente mal intencionados, que van
en desmedro y en contra del Indianismo Tupakatarista.
Además saben mis
hermanos, hoy debemos comprender que el Indianismo no es igual a ese Katarismo
que sostiene Fernando Untoja, ni tienen aspiraciones políticas iguales; el Katarismo
se mueve en las ondas de la misma sociedad colonial, es decir, el katarismo
está de acuerdo con que se mantenga esta misma estructura colonial, únicamente
quiere generar mejores condiciones de relacionamiento de los aymaras con
nuestros opresores; si el día de hoy han surgido aymaras qamiris, ellos creen
haberlos convertido y elevado a tal posición, ustedes recordaran, es en este
mismo espacio, que Fernando Untoja dijo, los qamiris de la Huyustus son
aymaras, y que como aymaras están llegando hasta la China, pero el hecho de que
hayan sido ricos no es pues mérito de los Kataristas, ni siquiera estos piensan
como Kataristas, menos aún creo que ya como aymaras.
Entonces cabe
preguntarnos ¿Es posible que estos qamiris aymaras, se conviertan al
katarismo?, no creo sinceramente, pienso que estos hermanos tienen ya otra
mentalidad, esa gente surgió en las dinámicas del mundo capitalista y
pretenderá seguir viviendo en ella.
En mi percepción
lo que es evidente, es que el día de hoy ese Katarismo es parasitario al
Indianismo; puesto que maneja nuestros propios postulados, o más aun, existen
kataristas que actúan de Indianistas, cosa más falsa de plantearse la lucha;
para ello yo quisiera también desvirtuar algunas falencias dentro de nuestro
movimiento; por ejemplo, yo entendía que el Indianismo era uno solo, y que
tiene un solo objetivo, un solo horizonte histórico de estado, la cual es el
restablecimiento del Segundo Tawantinsuyu, pero un II Tawantinsuyu no igual al
que yacía hace 500 años atrás, como, me parece que German Choquehuanca lo
entiende, así lo comprendí en la 7ma. Conferencia Indio en Tiwanaku, donde vi
coronarse a un Inka, pero el día de hoy ya no basta con restablecer a un Inka,
se debe restablecer a toda una nación, se debe restablecer todo nuestro estado;
el ascenso de un inka el día de hoy ya no es posible, eso sí sería arqueológico
para el Indianismo.
Asimismo hermanas
y hermanos, quiero desvirtuar en otra cuestión;
si bien al indianismo lo han forzado hacia el Katarismo, quizá lo peor
es convertirlo en sus diferentes vertientes, de ahí que surgirán Indianismo de
todo tipo, entre warmi indianistas, indianistas pachamamicos, esotéricos,
pacifistas, hasta el extremo de convertirlo en “Indianismo de izquierda”, que
sería algo así, como un intento de Marxitizar al Indianismo o peor un, tratar
de Indianizar el Marxismo europeo, como sostiene Álvaro García Linera; pues
estos son totalmente contradictorias y antagónicas; (ciertamente sería mucho
hablar, creo que me queda muy poco tiempo, pero así como muchos de los
expositores han abusado del tiempo, también quiero hacerlo).
Antes de
finalizar, quiero explicar ¿Cómo sería el renacimiento de ese Segundo
Tawantinsuyu?, he ahí que se puede generar muchas susceptibilidades, entonces
como le explicamos a un joven que vive la actualidad, conoció los gustos de la
modernidad y que ahorra le planteamos este horizonte, piensa en cierta medida,
que esto significaría un retroceso al pasado, a los tiempos del inkario, a
vestirse como antes con poncho, lluch’u y abarca, caminar ya con plumas como
Pachakuti Acarapi; viéndolo desde esta óptica, ese Segundo Tawantinsuyu ya no
parece tan tentador, ya no resulta tan genial; pero no nos perdamos. Para lo
cual, ¿cómo lo habían entendido nuestros viejos exponentes del Indianismo?, ¿en
que medida se plantearon esta posibilidad?, para ello, muy claramente nuestro
ideólogo, Ayar Quispe nos clarificara, señalando, que el II Tawantinsuyu será a
imagen y semejanza del que hicieron nuestros abuelos en el pasado, pero
actualizado a nuestro tiempo, para ser más claros, que quiere decir todo esto,
he ahí la respuesta a Pablo Velásquez, por ejemplo en la situación entre lo
aymara y la modernidad; si bien estamos en un Estado Plurinacional, este se
mueve en las olas de la modernidad capitalista nomas, siendo así, ese estado no
tiene futuro, se dirige al abismo del que vale más alejarse; entonces en
nuestro planteamiento, hacer renacer el Segundo Tawantinsuyu significa
rehacerlo a imagen y semejanza de lo que ya existió en el pasado, pero para nuestro
tiempo actual, significaría que la modernidad se somete a las necesidades de
nuestra reedición como estado, y no así que este Segundo Tawantinsuyu se someta
a la modernidad, sino cual sería nuestra dinámica como pueblos y naciones
Tawantinas, hacer esto viable el día de hoy, es nuestro gran desafío como
intelectuales e ideólogos de ese Indianismo Tawantino.
Sin antes
agradecerles en esta reflexión, quiero también hacer notar algunos tropiezos
nuestros el día de hoy; en la batalla política cultural, aquel indianismo de
los años 70 es muy apreciable y valorable, en aquel entonces el Indianismo era
pues Movimiento Indio, si es que revisamos las fotografías, era grueso en
cuanto a su militancia como movimiento político, produjo gente que salió a la luz pública para engendrar los
grandes cambios del día de hoy, y el Indianismo de hoy es casi invisible en
esta medida, nos hemos quedado reducido en pequeños grupos en las comunidades y
ciertos círculos universitarios; y nuestro debate esta reducido al ámbito de
las universidades. A estas alturas les propongo que revisemos la obra
Sociología de los Movimientos Sociales en Bolivia, en donde García Linera y
otros compiladores, tienen mucha preocupación en entender a nuestras
organizaciones sociales de esencia y presencia india, su control de estas no
solo nos garantizan el ascenso al poder colonial, sino son los medios de
transformación revolucionaria; creo que esto también percibió Felipe Quispe
huanca, cuando después de los años 70 se convenció que el MITKA como organismo
político no podía tener amplitud nacional, después en su intento por la vía
armada no pudo tener éxito, por alojar en sus filas a los Marxistas arribistas,
la falla intentar cuajar con el Marxismo; de toda esta experiencia recién
comprendió que la única organización con la capacidad de inmovilizar el estado
colonial, era pues la CSUTCB, porque su
campo político de acción se centra a nivel nacional, a diferencia de las demás
organizaciones que no pierden su importancia, es por esta cuestión que a Felipe
Quispe lo acusaron de campesinista, de ahí que vamos a afirmar a nuestros
detractores, que los levantamientos del año 2000, no fueron campesinistas, sino
fue un genuino movimiento de indios, ya que casi todas las organizaciones
sociales en este país son nuestras, el obrero es indio, el campesinos es indio,
el fabril también, así como quienes rodean como un cinturón humano las ciudades
capitales, son también indios en esta Bolivia; entonces no nos podemos estarnos
peleando entre Indianistas, cuando deberíamos de recuperar nuestras propias
organizaciones que han sido cooptadas por la partidocracia, son con estas
organizaciones de mayoría india que vamos a realizar ese cambio drástico en
este país. Entonces la primera tarea de todos nosotros es nuestra unidad, los
kataristas deben sumarse a nuestras sublevaciones, de lo contrario quedaran
relegados en la simple reflexión, vamos a volver reabrir los tiempos de guerra,
hasta nuestra reconquista final.
Hermanas y
hermanos, esto es en cuanto puedo compartirles, muchísimas gracias…
*Oleiva Mayta, es estudiante de Derecho de la UPEA Achacachi,
intenta esbozar el pensamiento de los movimientos indígenas contemporáneos.
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